La fiebre se hizo compañera insoportable de nuestras vidas;cada vez que Raúl se quedaba quieto era fiebre segura por casi dos semanas.Convulsiones,vómitos,llantos,quedarse despierta con mi esposo tratando de bajarle la fiebre con cuanta cosa se nos indicara.
Aprendimos a sospechar de la fiebre;si cualquie niños se medica con 38,5º,nosotros debíamos medicarlo a los 37,5º.Aprendimos que no debía mojarse como otros niños,a cubrirlo del sol,del viento,de todo.Era como un niño-burbuja,pero distinto.Podía correr,saltar pero a ciertas horas,si hacía viento,él se debía entrar.
Era absolutamente cansador estar siempre tratándo de ganarle a la fiebre.El estar alerta "por si llegara a darle algo",era abrumador y siempre lo odié.Y aún siento miedo cuando Raúl se enferma,pero ya casi sin fiebre y sobre todo sin convulsiones.
Fueron muchos años con la compañera febril a nuestro lado.Muchas noches batallando con ella arrebatándole a nuestro hijo de sus garras.Y espero haberle ganado la guerra y no la batalla.
Aquí no encontrarás curas milagrosas ni falsas esperanzas. No soy partidaria de las biodietas ni antivacunas.===
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