El día a día...

Hay días,como hoy,en que vivir con éste trastorno se hace insoportable.Una acción tan cotidiana como lavarse los dientes o recibir el correo,se transforma en una guerra.
Después de mucho tiempo y gritos logré que se lavara los dientes con una nueva pasta dental.Lo peor vino después,cuando le tocó recibir una encomienda:no quiso.Salió de la casa y no recibió nada.Gesticulaba y se movía a todos lados,hasta que se entró,dejando al cartero con la caja en las manos.Ahí salí yo,recibí el paquete y quedé con una gran angustia:¿cómo se puede exigir algo sino sabe enfrentar una situación tan común,como ésta?.
El futuro de mi hijo,me asusta.Que hara cuando yo no esté.Que haría yo sin él.
Hoy,no estoy muy segura de hacer bien mi trabajo de madre.